Ciudad de México, a 8 de marzo de 2017
Queridas
hermanas y hermanos:
¡Alabado sea Jesucristo!
Con el gozo de
sabernos amadas-os por nuestro Dios Trinidad, nos dirigimos a cada una ustedes, en
este día especial del 114 Aniversario de
nuestra familia de CMST, día en que providencialmente también agradecemos
el don de ser mujeres en el Día
internacional de la mujer. ¡¡¡Muchas bendiciones!!! Sean el regalo de quien
nos ha llamado a seguirle para hacer posible el Proyecto de Dios Padre-Madre.
La vocación es un don de Dios, que cada una debemos
cuidar y alimentar. El Carisma más que un legado de ayer, es fruto aquí y ahora
de la Ruah en nosotras, es urgente
esforzarnos en la vivencia de ese Don recibido que caracterizan a Teresa,
Antonia, Carmen y Soledad, como son: la sororidad y fraternidad, el
discernimiento orante, el profetismo, la audacia evangélica, el compartir la
amistad con Dios…. La opción de vida que hemos tomado como CMST nos exige
congruencia para que podamos aportar al Reino desde nuestro estilo peculiar de
mujeres consagradas.
En un
contexto difícil de la historia de nuestra humanidad y de nuestra casa común, Dios nos convoca a hacer realidad los diversos horizontes de novedad que estimulan la vivencia de nuestro carisma
hoy, guiadas por la Palabra de Dios e iluminadas por la luz de nuestras Madres
Fundadoras:
ê A impulsar una espiritualidad trinitaria modelo de
hermandad crística y pneumatológica, que nutra la mística-profética de nuestra
consagración, desafiada a vivir la eclesiología de comunión, dispuesta a dejarse
dinamizar por la vida y misión compartidas con los laicos, el clero, los
obispos, lo intercultural, lo inter-congregacional y lo
inter/intra-generacional. Así ser signo y testimonio de vida consagrada
humanizada y humanizadora, evangélica y misionera, que sale aprisa al encuentro
de la vida.
ê A dinamizar la cultura del encuentro, fruto e impulso de nuevas relaciones,
que se constituyan en criterio transversal de todos los compromisos que hemos
asumido y den un impulso humanizador a nuestras comunidades en salida
misionera.
ê A implementar una real resignificación de los consejos evangélicos;
ellos marcan nuestras relaciones con Dios-Padre, con los demás, con la madre
tierra y con nosotras mismas. Por eso hay que resignificarlos a la luz del
Evangelio y de la memoria profético-martirial de nuestros pueblos que claman por
una vida consagrada pobre, para los pobres, con los pobres, desde los pobres,
de los pobres.
ê A avanzar en la reconfiguración de estructuras, abiertas
a nuevas perspectivas, a una cultura vocacional, que tengan clara su identidad
y su autenticidad en la vivencia del carisma.
ê A llegar a una auténtica
conversión ecológica que estimule al
cuidado de la vida y de la casa común, a partir de una relacionalidad inter-institucional.
Una ecología integral que sea eje transversal de todos los programas y
proyectos, capaz de tejer relaciones humanas, ecología ambiental y economía
social.
ê A recrear nuestro
quehacer, a través de nuevas
metodologías inclusivas y significativas, que permitan reconstruir el
tejido social con la participación, cooperación y aporte de los diversos
actores sociales y de las intersubjetividades. (cfr. CLAR Horizonte Inspirador 2015-2018, págs. 20-22)
Queridas hermanas-os, por
nuestro mismo ser de mujeres estamos
llamadas a ser generadoras de vida, sigamos caminando en búsqueda continua de
autenticidad en este tiempo de gracia y esperanza que es la Cuaresma y la
preparación a los Capítulos Provinciales. ¡Salgamos, como María, aprisa al
encuentro de la vida!
Unidas en
oración, solidarias en la Esperanza de otro mundo posible
Comunidad “San José”
Casa General
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