jueves, 10 de diciembre de 2015

Para pedir la gracia de la misericordia.

CONCÉDEME SEÑOR
 
“Dios mío, Tú eres todo ternura para mí.
Te lo pido por tu Hijo amado:
Dame la gracia de llenarme de misericordia
y de amar todo lo que Tú me inspires.
Dame la gracia de compadecerme
de quienes viven en la aflicción
y de correr en ayuda
de los que pasan necesidad.

Dame la gracia de aliviar a los desgraciados,
de prestar asilo a los que no lo tienen,
de consolar a los que sufren,
de animar a los deprimidos.
Dame la gracia de devolver la alegría a los pobres,
de servir de apoyo a los que lloran,
de perdonar las deudas
a quien tenga alguna conmigo.
Dame la gracia de perdonar
a quien me haya ofendido,
de amar a los que me odien,
de devolver siempre bien por mal,
de no despreciar a nadie
y de respetar a todos.
Concédeme imitar a los buenos,
renunciar a la frecuentación de los malos,
practicar las virtudes,
y evitar los vicios.
Concédeme, Señor, paciencia cuando todo va mal,
y moderación cuando todo va bien.
Concédeme saber dominar mi lengua
y poner, si hace falta, un guardián en mi boca.
En fin, Dios mío,
concédeme despreciar las cosas que pasan
y la sed de los bienes eternos.
Amén”.

(San Anselmo de Canterbury).

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