Esta
reflexión está pensada para los médicos en su día.
La elaboro, más poniendo en
práctica la humildad, que mis
conocimientos ya que de entrada, ustedes son mejores conocedores de la realidad
de un enfermo que yo.
Como todos sabemos la
medicina trata técnicamente a la enfermedad, el sujeto, es decir la persona
queda reducida a un organismo enfermo contra el cual se inicia una pelea
intentando ganar. En ese organismo enfermo ustedes ponen en práctica los
avances de la medicina y cuando van a los congresos de actualización nacionales
e internacionales, quedan seducidos por todo lo nuevo y lo innovador que se
presenta. Se esfuerzan en manejar ese nuevo lenguaje que ahí les han
compartido; es decir, se educan en la materia que les interesa y se vuelven
hábiles guerreros en cuyo campo de batalla pueden obtener la victoria o la
derrota.
¿Cual
es la educación que tiene Jesús de Nazaret al curar a los que se le acercaban?
¿Era esta misma educación?
Le buscaban lisiados,
ciegos, sordos, endemoniados, leprosos, mujeres con hemorragias, era por así
decirlo; ginecólogo, traumatólogo, oftalmólogo, otorrino, psiquiatra, exorcista,
etc.
Según el teólogo español
José Antonio Pagola, “ Jesús no curaba gente enferma, Jesús curaba la vida”, educó
su persona para esto, aunque le costó. Por ejemplo, no tenía muy claro que su
misión era para todas las personas y creía que su mensaje solo era para el
pueblo de Israel, por eso decía “no es bueno que la comida se le eche a los
perros” sin embargo el mismo pueblo pobre lo fue educando por lo que le
contestaban “Señor, los perritos comen de las migajas que caen de las mesas de
sus amos”, o cuando preguntó ¿quién me ha tocado? y una mujer le dice< fui
yo Señor>, ya que esta mujer padecía un flujo de sangre de muchos años
atrás.
Jesús, tenía un amor
apasionado por la vida, por eso es que regresa de la muerte a su amigo Lázaro.
Cuando uno enferma empieza a cuestionarse acerca de la vida y lo que en ella se
ha sembrado, Jesús vuelve a Betania a decirle a su amigo Lázaro, <mira reconozco
en mi tu cariño, gracias por quererme, por ser mi amigo a pesar de que muchos
me ven como enemigo>.
Un enfermo también quiere saber acerca del
misterio último de la vida, ¿cuál es? Saber que para él hay misericordia y
perdón aunque para nosotros no lo merezca. Por eso Jesús les dice siempre.
“vete en paz”. O dicho de otra manera, “sano o enfermo mi Padre quiere hacer
contigo grandes cosas”, o también “deseo que estés bien para que descubras cuál
es tu misión en esta vida, seas lo que estás llamado a ser”.
Ejercer la medicina con esta
actitud, es realizar actos curadores como los realizó Él. Contrario a esto
están las personas que no tienen compasión por el que sufre, entonces el
sufrimiento del enfermo se vuelve intolerable cuando se encuentran personas
insensibles a su paso.
Nos unimos a su acción de
gracias a Dios por esta hermosa vocación, por custodiar la salud de las
personas hasta los últimos momentos de su vida y por desear que antes de partir
hayan encontrado y trabajado en la misión encomendada.
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