domingo, 19 de octubre de 2014

Día del médico 2014


Esta reflexión está pensada para los médicos en su día.

La elaboro, más poniendo en práctica la humildad,  que mis conocimientos ya que de entrada, ustedes son mejores conocedores de la realidad de un enfermo que yo.

Como todos sabemos la medicina trata técnicamente a la enfermedad, el sujeto, es decir la persona queda reducida a un organismo enfermo contra el cual se inicia una pelea intentando ganar. En ese organismo enfermo ustedes ponen en práctica los avances de la medicina y cuando van a los congresos de actualización nacionales e internacionales, quedan seducidos por todo lo nuevo y lo innovador que se presenta. Se esfuerzan en manejar ese nuevo lenguaje que ahí les han compartido; es decir, se educan en la materia que les interesa y se vuelven hábiles guerreros en cuyo campo de batalla pueden obtener la victoria o la derrota.

¿Cual es la educación que tiene Jesús de Nazaret al curar a los que se le acercaban? ¿Era esta misma educación?

Le buscaban lisiados, ciegos, sordos, endemoniados, leprosos, mujeres con hemorragias, era por así decirlo; ginecólogo, traumatólogo, oftalmólogo, otorrino, psiquiatra, exorcista, etc.

Según el teólogo español José Antonio Pagola, “ Jesús no curaba gente enferma, Jesús curaba la vida”, educó su persona para esto, aunque le costó. Por ejemplo, no tenía muy claro que su misión era para todas las personas y creía que su mensaje solo era para el pueblo de Israel, por eso decía “no es bueno que la comida se le eche a los perros” sin embargo el mismo pueblo pobre lo fue educando por lo que le contestaban “Señor, los perritos comen de las migajas que caen de las mesas de sus amos”, o cuando preguntó ¿quién me ha tocado? y una mujer le dice< fui yo Señor>, ya que esta mujer padecía un flujo de sangre de muchos años atrás.

Jesús, tenía un amor apasionado por la vida, por eso es que regresa de la muerte a su amigo Lázaro. Cuando uno enferma empieza a cuestionarse acerca de la vida y lo que en ella se ha sembrado, Jesús vuelve a Betania a decirle a su amigo Lázaro, <mira reconozco en mi tu cariño, gracias por quererme, por ser mi amigo a pesar de que muchos me ven como enemigo>.

 Un enfermo también quiere saber acerca del misterio último de la vida, ¿cuál es? Saber que para él hay misericordia y perdón aunque para nosotros no lo merezca. Por eso Jesús les dice siempre. “vete en paz”. O dicho de otra manera, “sano o enfermo mi Padre quiere hacer contigo grandes cosas”, o también “deseo que estés bien para que descubras cuál es tu misión en esta vida, seas lo que estás llamado a ser”.

Ejercer la medicina con esta actitud, es realizar actos curadores como los realizó Él. Contrario a esto están las personas que no tienen compasión por el que sufre, entonces el sufrimiento del enfermo se vuelve intolerable cuando se encuentran personas insensibles a su paso.

Nos unimos a su acción de gracias a Dios por esta hermosa vocación, por custodiar la salud de las personas hasta los últimos momentos de su vida y por desear que antes de partir hayan encontrado y trabajado en la misión encomendada.


hna Ofe cmst

miércoles, 8 de octubre de 2014

¿Cómo saber si tengo vocación?


Cuando tomas  conciencia del llamado de Dios tu vida adquiere un sentido nuevo.
Percibir este llamado ocasiona con frecuencia una gran turbación.

Jesús no suele llamar por apariciones o visiones. El camino ordinario de su llamado son los acontecimientos que ocurren en tu vida diaria: situaciones personales, comunitarias y sociales; por ello conviene que te preguntes: ¿Qué urgentes necesidades llaman tu atención? Qué sufrimiento del pueblo te conmueve? Y los lleves ante su presencia por medio de la oración.

Ahí, Dios muestra sus razones al soñar con un pueblo libre, una tierra hermosa, un pueblo bendecido que sea a la vez fuente de bendición. El por qué de la vocación hay que encontrarlo en el corazón de Dios y, mirar como Él mira y sentir como Él siente será ejercicio continuo del que ha sido llamado.

Dios llama a todos, pero sólo escuchan su llamado los que libremente sintonizan con su corazón.

Un paso así seguro te dará miedo. Necesitas ser acompañado por alguien que haya experimentado la hermosura de dar un salto en el vacío, la libertad que conlleva el olvido de sí mismo y la alegría inmensa de darse en actitud definitiva.

Carmelitas Misioneras de Santa Teresa