Un poco de historia:
En el siglo XII algunos eremitas se retiraron al Monte Carmelo, con San Simón Stock. Ahí la Virgen Santísima prometió a este Santo un auxilio especial en la hora de la muerte a los miembros de la orden carmelitana y a cuantos participaran de su patrocinio llevando su santo escapulario.
En el siglo XII algunos eremitas se retiraron al Monte Carmelo, con San Simón Stock. Ahí la Virgen Santísima prometió a este Santo un auxilio especial en la hora de la muerte a los miembros de la orden carmelitana y a cuantos participaran de su patrocinio llevando su santo escapulario.
Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima
Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como
un símbolo de la Virgen María Inmaculada
La estrella del Mar y los Carmelitas.
Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las
estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con La
Virgen María quien como, estrella del
mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que
es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a
abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir
se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser
para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la
Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.
¿Cómo surgió el escapulario?
La palabra escapulario viene del Latín "scapulae" que significa
"hombros". Originalmente era un vestido superpuesto que cae de los
hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo. Con el tiempo se le dio el
sentido de ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo llevamos
sobre nuestros hombros. Para los Carmelitas particularmente, pasó a expresar la
dedicación especial a la Virgen Santísima y el deseo de imitar su vida de
entrega a Cristo y a los demás.
La Virgen María entrega el escapulario el 16 de julio
de 1251.
En el año 1246 nombraron a San Simón Stock general de la Orden Carmelita.
Este comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la orden le quedaba
poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la orden bajo su amparo, ya que
ellos le pertenecían. En su oración la llamó "La flor del Carmelo" y
la "Estrella del Mar" y le suplicó la protección para toda la
comunidad.
En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le aparece
la Virgen a San Simón Stock y le da el escapulario para la orden con la
siguiente promesa:
"Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los
Carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno"
Aunque el escapulario fue dado a los Carmelitas, muchos laicos con el
tiempo fueron sintiendo el llamado de vivir una vida mas comprometida con la
espiritualidad carmelita y así se comenzó la cofradía del escapulario, donde se
agregaban muchos laicos por medio de la devoción a la Virgen y al uso del
escapulario. La Iglesia ha extendido el privilegio del escapulario a los
laicos.
El escapulario tiene 3 significados:
El amor y la protección maternal
de María: El signo es una tela o manto pequeño. Vemos como María cuando nace
Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos.
Pertenencia a María: Llevamos una
marca que nos distingue como sus hijos escogidos. El escapulario se convierte
en el símbolo de nuestra consagración a María.
Consagración: ´pertenecer a María es reconocer su misión maternal sobre
nosotros y entregarnos a ella para dejarnos guiar, enseñar, moldear por Ella y
en su corazón. Así podremos ser usados por Ella para la extensión del Reino de
su Hijo.
Al usar el escapulario constantemente estamos haciendo silenciosa petición
de asistencia a la Madre, y ella nos enseña e intercede para conseguirnos las
gracias para vivir como ella, abiertos de corazón al Señor, escuchando su
Palabra, orando, descubriendo a Dios en la vida diaria y cercanos a las
necesidades de nuestros hermanos, y nos está recordando que nuestra meta es el
cielo y que todo lo de este mundo pasa. En la tentación, tomamos el escapulario
en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre. Kilian Lynch, antiguo
general de la Orden dice: "No lleguemos a la conclusión de que el
escapulario está dotado de alguna clase de poder sobrenatural que nos salvará a
pesar a pesar de lo que hagamos o de cuanto pequemos...Una voluntad pecadora y
perversa puede derrotar la omnipotencia suplicante de la Madre de la
Misericordia."
El suave yugo de Cristo:
"Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mi, porque soy paciente y humilde
de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga
liviana". (Mt 11:29-30)
Quién lleva el escapulario debe identificarse como católico sin temor a los
rechazos y dificultades que ese yugo le traiga.